viernes, 12 de diciembre de 2014

Balneario de Panticosa



            Mi memoria fotográfica marcha en esta ocasión a uno de esos enclaves pirenaicos que bien pocos locales y foranos podrán decir que no han visitado en alguna ocasión a lo largo de sus vidas. Se trata de un sitio con una gran tradición dentro de su especialidad, las aguas termales, pues su existencia como balneario ya está documentada desde época romana. Las instalaciones del Balneario de Panticosa, al igual que cualquier otro pueblo pirenaico, han sufrido distintos procesos de transformación inherentes al propio devenir de los tiempos. Se ha tratado de cambios progresivos que han buscado una actualización de las instalaciones para adaptarlas a nuevas necesidades tanto normativas como de uso, así como también a la demanda por parte de los clientes.
 Vista del Balneario hacia 1920 según una postal francesa. Fototipia: Hermanos Labouche

         La imagen antigua de este post corresponde a una fototipia de los Hermanos Labouche, fotógrafos franceses oriundos de Toulouse. En ella se nos muestra una escena del Balneario de Panticosa tomada hacia el primer cuarto del Siglo XX, posiblemente hacia 1920 y seguramente durante la época de máximo esplendor de este balneario. El aspecto impecable de los tejados y las fachadas de las construcciones ya denotan un perfecto estado de uso y conservación. Los vestidos largos de las señoras con pelo recogido y su sombrilla en la mano también ayudan a situarnos en aquella época decimonónica en la que no todo el mundo podía acudir a estos establecimiento. La presencia de un burro denota igualmente que en el momento en que se realizó la toma no debía haber otra mejor forma de transportar cargas medianamente pesadas o incluso personas poco acostumbradas a caminar. La concentración de personas en ese punto resulta no ser casual pues están reunidos justo a la altura de la Fuente del Hígado de la que me ocuparé con más detalle en un futuro post. Las rocas desnudas del fondo y la pendiente de la ladera sobre la que se asientan nos indican que estamos inmersos en un ambiente muy montañoso.


            Si comparamos la anterior toma con la actual rápidamente encontramos cambios significativos. El en su día conocido como edificio de la Casa de Baños o Balneario, presenta en la actualidad un tejado en estado totalmente ruinoso. Pero si observamos con detenimiento este edificio, aún constataremos otra gran diferencia. Hacia 1920 este edificio tenía tres pisos de altura más el espacio abuhardillado debajo de la cubierta de pizarra. En aquellas fechas ese era el edificio del balneario propiamente dicho y así lo certifica el rótulo, apenas perceptible en la foto, ubicado encima de la entrada principal. En la actualidad sólo existen dos pisos de altura y el tejado por lo que el mismo fue modificado en un momento que no he podido determinar. Los pequeños tejados de las dos construcciones de la izquierda de la imagen muestran la falta de diferentes pizarras. A la derecha de la Fuente del Estómago hecho en falta otra construcción, seguramente otra fuente, cuyo nombre no he podido recabar.
Interpretación actual de la toma realizada por los Hermanos Labouche. Foto: Archivo Cartagra


            El único edificio que en la actualidad presenta incluso mejor aspecto que hace cerca de un siglo es el de la Casa del Reloj. Presenta un fachada inmaculada y sin desconchados y un tejado de teja provisto hasta de soportes para sujetar la capa invernal de nieve. La escalera de su fachada lateral con su respectiva barandilla son ambas de nueva factura. Hay que decir que este edificio resultó restaurado durante la última fase de rehabilitación integral de este espacio que tuvo lugar entre 2004-2008. Este edificio albergó durante muchos años la conocida como Casa de Inhalaciones tal cual certifican algunas otras fotografias antiguas del balneario que he tenido ocasión de contemplar.

          El tejado que asoma en la esquina inferior derecha ha dejado paso a otro de mayores dimensiones conformado por chapa negra. Se trata del tejado del nuevo Hotel Continental el cual también ha sufrido en esta última furia rehabilitadora una modificación integral de la que hablaré en otra ocasión. Antes de estas profundas reformas en ese espacio se levantaba el original Hotel Mediodía. Decir también que el Hotel Continental original resultó derruido integramente a raíz de dichas reformas, ¡¡lástima y grande¡¡.
Aspecto que presenta este rincón del Balneario de Panticosa en la actualidad. Foto: Archivo Cartagra
          Quizás el último elemento que merece la pena ser destacado aquí se refiere al gran desarrollo de la vegetación pues en la actualidad prácticamente tapa por completo la ladera de roca granítica que aparece en la toma antigua. Esto ha sido posible gracias al gran desarrollo alcanzado por pinos negros, serbales, arces y fresnos principalmente. Buena parte de este arbolado procede de repoblaciones forestales acometidas por el Patrimonio Forestal del Estado a mediados de los años cincuenta del siglo pasado. En esa fecha se realizaron varias plantaciones en el monte de utilidad pública denominado Plan d'Ibón que comprende todos los alrededores de estas instalaciones. Otra parte de vegetación corresponde ya a la regeneración espontánea fruto de un buen suelo y una pluviometría adecuada.

          Debido al magnífico paraje en el que se asienta este balneario, su entorno es el escenario perfecto para realizar excursiones de montaña para todos los niveles. Desde sencillos paseos hasta los lagos de Brazatos, Azules o Bachimaña, hasta ascensiones a picos que superan los tresmil metros de altitud como son el Garmo Negro, Argualas o los Picos del Infierno entre otros. A pesar de lo dicho, las dos excursionistas que aparecen en la fotografía actual me dá la sensación que son de las que se conforman con llegar sólo hasta los lagos de Brazatos...

          Aprovechando que estamos hablando de este entrañable rincón del Balneario de Panticosa, incluyo otras dos tomas localizadas de encuadre muy similar. Entre ambas no hay muchos años de diferencia, unos diez aproximadamente, aunque si prestamos algo de atención, contemplaremos nuevamente la diferencia referida anteriormente. Ya que antes no lo mencioné, imagino que tal cambio debió estar justificado por el gran número de visitantes que recibía este paraje en esas fechas y la necesidad de ampliar aquellas instalaciones balnearias para cubrir dicha demanda.
Vista del esta misma parte del Balneario de Panticosa hacia 1910. Se puede apreciar como en esta época el edificio destinado a balneario propiamente dicho poseía sólamente dos alturas. Foto: autor desconocido 
  Vista del mismo rincón del balneario aunque años más tarde, hacia 1920 aproximadamente. Aquí ya se aprecia como el edificio del balneario ha sufrido una importante modificación ganando nada menos que una altura. El resto de construcciones apenas presentan cambios sustanciales. Foto: M. Arribas 

 
Una nueva imagen del entorno de esta fuente de autor desconocido. Foto: Archivo Cartagra

Otra toma distinta de este mismo encuadre. Foto: Gastón Nancy, Pau.
Nueva vista del mismo escenario del Balneario y aspecto invernal. Foto: Archivo Cartagra

1 comentario:

  1. Muy interesante la menoría fotográfica y a veces, traicionera. Las fotos fechadas sobre los años 20 del pasado siglo son, en mi opinión algo anteriores. Las mujeres que aparecen llevan vestidos hasta el suelo, moda que desapareció tras la 1º Guerra Mundial, acortándose la largura de las faldas. Sobre los 2 ó 3 pisos de la Casa de Baños y, si hacemos caso a Ana Biarge, el edificio original tenía 3 pisos. En 1917 un alud procedente de Brazato destruyó la 3ª planta. La reconstrucción fue modesta y se optó por dejar el edificio en 2 plantas. De ser cierto esta foto si sería de 1920.
    Soy nieta y sobrina de mujeres que trabajaron en Panticosa, sin sueldo solo por las propinas.

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