viernes, 20 de febrero de 2015

Escartín



            Al fin llega el momento de visitar una de esas zonas con las que tengo una relación especial. Será porque fue el destino de mis primeras salidas al monte, porque siempre la recorrí acompañado de un guía de excepción, porque conjuga a las mil maravillas todo un conjunto de valores como pocos sitios conozco, será por... Lo cierto es que no sé muy bien el motivo, pero la zona de Sobrepuerto siempre ha tenido un significado especial para mí y espero que así siga siendo por mucho más tiempo. Los caminos de Sobrepuerto interconectan una serie de núcleos, todos deshabitados y abandonados a excepción de Bergua, que bien merecen ser recorridos y fotografiados, vividos y sentidos. A pesar de presentar un estado ruinoso, todos estos pueblos todavía conservan un halo de misterio y atracción que invitan hasta al más reacio a recorrer sus solitarias calles. En esta ocasión, llevado por esas sensaciones, he acabado en Escartín.
Vista del Barrio Alto de Escartín en agosto de 1975. Foto: Antonio Escar Buisán
          La foto de Escartín es muy posible que fuera tomada desde las inmediaciones del Serrato A Cruz, a escasos quince minutos de camino desde el pueblo. Fue realizada hacia 1975 por Antonio Escar Buisán y en ella sólo aparece una parte del conjunto urbano de Escartin, concretamente la parte conocida como Barrio Alto. Hay que señalar en este punto que a la izquierda de la foto aún había otra media docena de casas más. Lo cierto es que las que aparecen en la misma presentan unas cubiertas de losa de aspecto impecable. Nos dicen que hasta no hace tantos años aún hubo alguien que se debió preocupar de retejar y sacar las goteras existentes. La eras que rodéan el pueblo apenas muestran más que un número escaso de arbustos creciendo sobre las mismas y sus taludes.


           Reza un dicho local ya casi extinto "Yes més retorziú que o camín d'Escartín...". Así pues podéis imaginaros como es el camino de herradura que siempre ha comunicado este pueblo con el resto de Sobrepuerto. El paso del Barranco A Glera también ha estado siempre rodeado de misterio e historias pues su cauce queda escondido en el fondo de una angosta garganta. Se la conoce como "O Puen d'as Crabas" y el paraje tiene un encanto que, como otros muchos, es preferible comprobarlo in situ a que te lo cuenten. Pues bien, este paraje es el que debieron recorrer de forma continuada los habitantes de Escartín cada vez que tenían que acudir hasta Fiscal en busca de provisiones de cualquier tipo. También cuando querían ir de visita a los pueblos de Basarán o Cortillas. O el mismo que recorrían cada vez que acudían a la cita anual por excelencia de estas montañas: la romería de Santa Orosia. La fiesta grande de Escartín la celebraban el tercer domingo de septiembre y quienes acudían a la misma desde los pueblos del sur también debían sortear tanto ese puente como el enrevesado camino referido.  
Interpretación del mismo plano de Escartín en la actualidad. Foto: Archivo Cartagra

           La vista que presenta actualmente Escartín es bien diferente por desgracia. ¡Cómo han cambiado las cosas¡... A mí me genera sentimientos encontrados y al mismo tiempo desconcertantes. Sus calles llenas de piedras caídas desde las fachadas semiderruidas que las jalonan llegaron a conectar un buen número de casas: Casa Sampietro, A Roya, Borderas, Ezquerra, Lacasa o Buisán eran algunas de ellas. Así podría seguir hasta enumerar las dieciocho diferentes casas que llegó a haber abiertas. Antes de la guerra ya se habían cerrado unas cuantas casas y quedaron sólo siete casas abiertas. Pero al final todas cerraron. Las últimas en hacerlo fueron la de Ferrer a finales de 1965 y la de Blas en enero de 1966 (1). Así fue como de forma discreta y forzados por unas duras circunstancias difíciles de superar, el exodo acabó tornándose imparable. Cada vez que marchaba una familia el silencio se adueñaría del ambiente. Unos no querrían volver la mirada para atrás mientras los otros se meterían dentro del corral cabizbajos, con el nudo en la garganta y las lágrimas en los ojos. Y así, poco a poco, acabaron desapareciendo de su ecosistema los "comequesos" que era como se conocía en todo Sobrepuerto a los de Escartín. El lamentable estado actual de las construcciones impide en gran medida identificar las casas pairales y sus respectivos nombres, aunque gracias a la inestimable ayuda de varios antiguos habitantes del pueblo (2), alguna he conseguido identificar.
Aspecto que presenta Escartin en enero de 2015. Foto: Archivo Cartagra

          El último comentario lo dedicaré al aspecto forestal. Empezaré hablando sobre el pinar de repoblación que aparece por detrás de Basarán. A simple vista, cualquiera diría que se trata de un bosque autóctono pero hay que decir que no es así pues fue plantado por el Patrimonio Forestal del Estado. Esos duros trabajos forestales se ejecutaron entre 1954 y 1959. Eso fue posible porque previamente este organismo forestal había adquirido íntegramente el pueblo y el monte de Basarán. En la foto original de 1975 puede observarse la repoblación muy poco evolucionada todavía pues aún se vislumbra el alineamiento longitudinal de los pinos plantados en función de las fajas labradas sobre el suelo.

            Llegados a este punto hay que señalar que Escartín también estuvo a punto de ser adquirido por ese mismo organismo forestal. El primer intento tuvo lugar en marzo de 1953 y el segundo diez años más tarde, en 1963. En ambos casos fueron los vecinos de Escartín quienes presentaron sendos escritos a los responsables del Patrimonio Forestal del Estado ofreciendo la venta de sus fincas y monte. Ambos intentos quedaron frustrados ante la dificultad de concretar sobre el terreno los límites exactos tanto de las propiedades particulares como de los dos montes de utilidad pública con que contaba Escartín: el de Furco Estrecho y Cajicar y por otro lado el de Ballones e Isuala (3). Los campos y eras que rodean el pueblo muestran bien a las claras la falta de cultivo o de ganado pastando de forma regular los mismos. Desde hace muchos años buena parte de los mismos han sido invadidos por aliagas, buchos, artos y gabarderas.





Fuentes y bibliografía


(1): Sobrepuerto, naturaleza en silencio; José María Satué Sanromán; Zaragoza, 1999.

(2): Rosalía Allué de Casa O Royo y José María Satué de Casa Ferrer.

(3): Fondo Documental del Monte; Ministerio Agricultura y Medio Ambiente, Madrid.

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