viernes, 17 de febrero de 2017

Memoria de Papel (14)



            La declaración del Parque Nacional de Ordesa en 1918 implicó la puesta en valor de un territorio que contenía un buen conjunto de valores naturales que hasta entonces habían pasado inadvertidos para una gran mayoría. A partir de ese instante surgió de forma progresiva, entre otras, una nueva necesidad para este territorio. Se hacía ineludible dar a conocer aquél valle, aquellos valores naturales y un entorno envidiable para de esa forma atraer visitantes, turistas y montañeros. En esa, para ese momento ardua labor de promoción, se enmarcan las dos publicaciones que muestro en el presente post y que dadas las fechas de su publicación, seguramente serán bien pocos los que las conozcan. Ambas podrían ser calificadas como unas de las primeras guías de este espacio natural protegido. Anterior a estas dos guías tan sólo conozco la Guía del Valle de Ordesa, publicada en 1929 en Madrid por Victoriano Ribera. 

Descripción del Parque Nacional del Valle de Ordesa


              En 1942 los Talleres Editoriales de Zaragoza publicaron una sencilla guía sobre este espacio titulada "Descripción del Parque Nacional de Ordesa".Tras ojear el contenido de sus páginas rápidamente puede concluirse que no estamos ante una guía al uso. Su autor fue Francisco Lordán Penella no describe ningún recorrido sino que ofrece al lector generalidades que versan sobre la geografía de la provincia de Huesca; turismo, alpinismo y excursionismo o parques nacionales entre otras cuestiones. Tan sólo uno de los seis capítulos de este libro está dedicado íntegramente al Parque Nacional de Ordesa en el cual hace una descripción general del mismo aunque sin describir excursiones propiamente dichas.

    Describe el camino de acceso a este paraje, la entrada al parque nacional, la explanada o pradera, el valle de Cotatuero, el valle central del río Arazas, las diferentes cascadas, el camino de Soaso o las posibilidades montañeras de este entorno. Llama poderosamente la atención un capítulo que dedica a la caza y la pesca, en el que llega a describir las infinitas posibilidades que este parque ofrece tanto a pescadores como cazadores. Menos mal que al final de este apartado incluye un párrafo bastante clarificador: "Pero (siempre el maldito pero) por aquí hallaréis tres guardas que os recordarán que no se puede cazar ni pescar, pues en los parques, los peces y la caza sirven para otros menesteres que para servir de sustento o de distracción a los amantes de la escopeta o de la caña de pescar. Aparte de fieles guardadores del Parque, estos empleados son muy atentos y si les consultáis os darán toda clase de detalles acerca de estos territorios ". Es fácil imaginar que la dotación de tan sólo tres guardas forestales para un espacio tan ámplio no garantizaba la salvaguardia de los principales valores naturales que este espacio albergaba. La falta de este personal de vigilancia junto al desinterés de diferentes responsables de este parque a lo largo de los años, ocasionó la desaparición de una especie emblemática de este espacio, el bucardo pirenaico. Paradójico no?...




El Parque Nacional de Ordesa


Sencilla carátula de libro publicado por
 la Comisaría de Parques Nacionales

            Esta publicación surge del propio seno de la Comisaría de Parques Nacionales, adscrita al Ministerio de Agricultura del momento. A su vez quedó enmarcada dentro de la línea de publicaciones que por esas fechas realizaba la Comisión de Sitios y Monumentos Naturales de Interés Nacional, dependiente también del ministerio antes referido. De hecho, el prólogo de este libro corrió a cargo del Vicepresidente de tal comisión, D. Eduardo Hernández-Pacheco. La guía fue escrita en 1935 por Arnaldo de España, un activo montañero de la época miembro de la Sociedad Española de Alpinismo Peñalara, con sede en Madrid. Según el propio prologuista se trataba de "... un entusiasta peregrino de las culminaciones orográficas y admirador de las bellezas de las altas cumbres y de los hondos valles de la variada, hermosa y bravía Hispania ". Esta publicación incluyó un mapa escala 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional en el que se representaban las excursiones descritas por su autor en el que según el prologuista se había "...revisado cuidadosamente la toponimia". Merece la pena también destacar el párrafo final de este prologo que decía lo siguiente: "Tal es la génesis de este valle, olímpico por su soberana belleza, en el que muy variados elementos de la naturaleza contribuyen a hacer de este paraje pirenaico uno de los más hermosos, esplénidos y deleitosos no sólo de la Península Hispánica, sino de toda Europa".

          Estamos ante una breve guía de este parque nacional de poco más de un centenar de páginas. A lo largo de su contenido se describen más de una veintena de excursiones que tienen como denominador común los límites de este espacio protegido. Al mismo tiempo y aunque ya fuera del entorno del Parque Nacional de Ordesa, incluye otros recorridos por zonas próximas y de gran interés paisajístico y montañero. Este es el caso de la excursiones descritas a la cima del Biñamala, Bujaruelo o a Panticosa, Piedrafita y Sallent de Gállego. Sus páginas aparecen ligeramente ilustradas con fotografías tanto del propio autor, del prologuista de la obra así como de algún otro fotógrafo del momento.


Notas y Bibliografía

- Mi agradecimiento expreso a José Luis Gavín por poner a mi disposición su estupenda biblioteca personal.









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